

Hisako Koyama

Nació en Japón en 1916, desde muy joven mostró gran pasión por la astronomía, y acabó siendo la observadora solar más importante de la historia. Ella usó su telescopio como una cámara estenopeica proyectando la imagen del sol en un papel para poder dibujar las manchas solares. La astrónoma aficionada autodidacta anotó los tiempos, ubicaciones, tamaños y formas de las manchas, regiones transitorias que aparecen y desaparecen en la superficie del sol. Además de una astrónoma de primer nivel, Hisako también se dedicó a otro aspecto de gran importancia en ciencia; la divulgación. Fue la cara visible del museo Nacional de Naturaleza y Ciencia durante mucho tiempo, atendiendo visitas, organizando eventos en torno a eclipses, conjunciones planetarias y demás acontecimientos astronómicos y organizando seminarios y charlas. Para el año 1984 llevaba localizadas y clasificadas más de 8.000 grupos de manchas solares e hizo más de 10.000 dibujos. Recogió todo su trabajo en el libro “Observations of Sunspots 1947-1984”. La importancia de aquel trabajo recae en el hecho de que Koyama no solo recogió datos durante más de cuarenta años, sino que además siguió la misma metodología y utilizó el mismo telescopio. Aquellos registros se han convertido para la comunidad científica en la base de trabajo para el estudio y normalización de manchas solares. Hisako Koyama murió en 1997, a la edad de 81 años, y con una espectacular carrera científica sobre su espalda. Hoy por fin parece que hemos empezado a reconocer su trabajo. Un trabajo obtenido gracias a la pasión, la perseverancia y la constancia. El mayor trabajo de observación solar de la historia nacido de la vocación de una mujer. La vocación por observar.